By | 3 janvier 2021

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  1. Catherine Pélage es profesora titular en la Universidad de Orleans. Ha dedicado una parte de su trabajo de investigación a la literatura chilena contemporánea; en particular, a la obra de escritoras como Diamela Eltit (1947), Pía Barros (1956), entre otras. En sus publicaciones, Pélage se muestra interesada en el trabajo de autoras y autores que crean desde los márgenes sociales, políticos, genéricos y también editoriales. Así, su interés en la literatura caribeña debe ser entendido como una apertura de su reflexión hacia otra área de la cartografía literaria latinoamericana. Si en un inicio dicho interés estuvo centrado en el «país de rincones» –tal y como lo expresara el intelectual chileno Mariano Latorre en su célebre libro–, ahora se trata de otra forma de marginalidad e insularidad. Esta se encuentra materializada en la obra de dos autores contemporáneos: Rita Indiana (1977) y Rey Andújar (1977), ambos nacidos en República Dominicana, aunque con residencia en el extranjero. Desde el exterior de las fronteras patrias, los dos escritores interrogan las realidades dominicanas y caribeñas, mediante la literatura.
  2. Desde el inicio, Littératures dominicaines en mouvement se presenta como un aporte original a los estudios denominados «latinoamericanistas». En efecto, se trata de la primera monografía científica dedicada a dos autores contemporáneos, relativamente jóvenes, cuya obra está lejos de estar culminada. Por otro lado, Pélage se detiene en un área literaria poco explorada dentro del latinoamericanismo, me refiero a la del Caribe. Pese a su importancia cultural, los estudios caribeñistas no poseen en Francia la misma trascendencia que los dedicados al Cono Sur o México, solo por mencionar dos zonas para las cuales abundan los estudios. La autora avanza las probables razones históricas, culturales y editoriales de este «eclipsamiento» (p. 18) cuando contextualiza la producción de Rita Indiana y Rey Andújar. Según sugiere, se trataría de otra manifestación de la situación liminar del área caribeña, la cual determinaría no solo la circulación de sus autores, sino también su posicionamiento y planteamientos literarios, sociales y políticos. Así, el derrotero literario de ambos se encontraría marcado, cuando no determinado, por sus pertenencias caribeñas.
  3. Por fortuna, Rita Indiana y Rey Andújar son autores que saben sortear las fronteras, invertir encierros, reivindicar una libertad creadora. Desde el inicio, Catherine Pélage subraya las similitudes entre los gestos literarios de ambos autores. Sin desnaturalizar la irreductible originalidad de cada una de sus propuestas, proyecta analizarlas en simultáneo y en paralelo, deteniéndose en lo literario e ideológico que ambas vehiculan. Con este objetivo, la estudiosa francesa se apoya en los conceptos de performance y liquidez, avanzados por Robert Schechner y Zigmunt Bauman, respectivamente. El primero le sirve para resaltar el carácter efímero e híbrido de escrituras en perpetuo movimiento, que huyen de las categorías pues estas fijan y anquilosan. Así, lejos de resignarse a la inserción acrítica en una tradición literaria, los dos escritores interrogan y subvierten las identidades literarias, sociales y, desde luego, de género. Por su parte, el segundo concepto –el de liquidez– permite destacar de mejor forma los flujos permanentes vehiculados por ambas propuestas tanto a nivel narrativo como cultural. Así, las herramientas teóricas prestadas a las artes plásticas y la filosofía posibilitan un acercamiento novedoso, exhaustivo y necesario, si consideramos las singularidades literarias de los escritos de Indiana y Andújar.
  4. El estudio se inicia con una introducción que imbrica los ángulos teóricos con los aspectos que se abordarán a lo largo del libro, a la cual le siguen tres partes con sus respectivas conclusiones. La primera parte es la titulada «Entre écriture et performance. Des entrées en scène spectaculaires» y, como se anuncia, desarrolla las estrategias utilizadas por ambos autores para visibilizar su literatura en un medio como el de República Dominicana con escaso capital literario dentro de Hispanoamérica. Así, buscando contrarrestar la insularización y la marginalidad, mediante la escritura, el canto, la danza, entre otras artes, Indiana y Andújar replantean los desafíos inherentes a la creación y la recepción. A diferencia de las generaciones precedentes y en concordancia con autores que les son contemporáneos, ambos afirman una poética que renueva los vínculos entre literatura y artes escénicas. De esta manera, refrendan conscientemente lo que Pélage denomina una «porosidad genérica». Dicha «porosidad genérica» les habría permitido situar sus propuestas literarias en una tradición, la dominicana, antes que nada dominada por la poesía. Ahora bien, si se debe situar sus gestos literarios en el horizonte generacional, que compartirían con Homero Pumarol, Frank Báez, Juan Dicent, entre otros, tanto Indiana como Andújar poseen particularidades literarias y textuales que los distinguen.
  5. Precisamente, la segunda parte del estudio –«Déconstruire les prisons identitaires et les carcans du passé»– se apoya menos en la sociología de la literatura y subraya más el elemento textual, pero sin perder de vista el horizonte ideológico. ¿Cómo se manifiestan las preocupaciones identitarias en la materia literaria? Con esta pregunta en el horizonte, Catherine Pélage considera primero la interacción de los autores con la postal paradisiaca y exotista de República Dominicana. El objetivo, según la misma estudiosa, no sería otro que «hacer emerger una insularidad angustiante, prisionera de los fantasmas de la colonización y la dictadura». De manera natural, abordar la dictadura conlleva tomar en cuenta el patriarcado; en particular, las estrategias utilizadas por este, y evidenciadas en las ficciones, para constreñir aún más a los individuos. Por fortuna, las mutaciones, los sincretismos, las hibridaciones de los discursos literarios permiten no solo ponerlo en evidencia, sino también deconstruirlo (muchas veces mediante diversas gradaciones del humor, que van de la ironía a la caricatura), y avanzar nuevas expresiones de masculinidad. Finalmente, Catherine Pélage abre el campo a una reflexión que prolonga la iniciada con los «márgenes» pero esta vez bajo forma de «límites». Ser conscientes de la particular constitución de su identidad dominicana, asentada sobre un territorio compartido con un país limítrofe como Haití, llevaría a los autores a repensar las identidades, los sentidos de pertenencia, haciendo emerger «seres fronterizos, muy polémicos con el contexto actual» (p. 61).
  6. La tercera parte acomete las modalidades de las que se sirven Indiana y Andújar para crear territorios literarios porosos o líquidos asentados en la oralidad, lo musical, así como también en referencias cinematográficas que articulan, según Pélage, «una concepción del arte abierta y llena de vida» (p. 130). En la medida en que los dos autores se interesan en un mestizaje formal, donde la literatura se deja permear por otras expresiones creativas, la estudiosa los considera en conjunto, aunque sin perder de vista sus especificidades. Por eso, el segundo capítulo se encuentra exclusivamente dedicado a Rita Indiana, quien plantea un diálogo –que también es discusión– con otros artistas, en particular Alejo Carpentier, cuando se trata de literatura, y Wilfredo Lam, en el caso de las artes plásticas. Por su parte, el tercer capítulo reflexiona en torno a la literatura de Andújar y cómo esta integra los códigos del denominado roman noir, sin negligir los elementos sociales e históricos. De hecho, en ficciones como Los gestos inútiles (2016), por dar un ejemplo, se manifestaría, bajo la forma de una investigación, el fracaso del compromiso político. Así, Andújar se inscribiría en una lógica similar a la propuesta por Mario Vargas Llosa en La fiesta del chivo (2000) quien, además de dar cuenta de una intriga para echar abajo al dictador, representa personajes llenos de contradicciones, alejados de la imagen de héroes masculinos que la sociedad ha construido por su necesidad de levantar precursores y próceres. De un modo o de otro, según lo demuestra Pélage, frente a la literatura de Indiana y Andújar el lector nunca se encuentra con texto cerrados, sino que sus ficciones se abren a diversas expresiones de hibridación y mestizaje en un diálogo intenso con la tradición y la historia.
  7. El razonamiento en tres tiempos, que considera diversos aspectos de un mismo fenómeno a partir del caso preciso de dos autores, se cierra con unas conclusiones que son antes que nada una puerta abierta a futuras reflexiones, una invitación a continuar la brecha ensanchada por Catherine Pélage e iniciada por estudiosos como Claude Couffon y, más recientemente, Maryse Renaud. A lo largo de la lectura, he sido sensible a una reflexión que interroga las especificidades de ambas propuestas desde la literatura, sin descuidar los aspectos culturales. Si tenemos en cuenta los aportes previos de académicos que se detuvieron en aspectos de la literatura de Indiana e Andújar, no podemos más que lamentar, como la misma Pélage señala, que se «desterritorializara» la realidad dominicana con la que ambos interactúan. En ese sentido, el estudio de Pélage no busca afirmar una perspectiva teórica, que deja de lado el elemento latinoamericano, tal y como lamentaba Cornejo Polar en ciertos sectores de la academia, sino que pone esta al servicio de la lectura atenta, la emergencia de sentidos e imágenes cargados de valor político. Otro aspecto valioso que debe ser subrayado es la introducción del análisis dedicado a ambos autores en un panorama más vasto no solamente caribeño, sino también latinoamericano. Es necesario apuntar que en los estudios franceses apenas existen reflexiones que se detengan en el conjunto de los países latinoamericanos para concebirlos desde una perspectiva colectiva, común, pero también global. Por eso mismo, eché de ampliación de algunas líneas como, por ejemplo, la del diálogo que Indiana y Andújar establecen con autores del boom o que estuvieron en su órbita. Resulta sugestivo por partida doble en la medida en que los autores latinoamericanos que emergieron a comienzos de milenio, pienso en Alberto Fuguet o Jorge Volpi, por ejemplo, se situaron en gran parte en oposición a los novelistas ya canonizados, en particular Gabriel García Márquez. ¿Cómo se explica este cambio de lectura y actitud en generaciones más recientes? ¿Se trata de casos aislados o son más bien el síntoma de una actitud colectiva, no necesariamente consensuada? ¿De qué manera se expresa en sus manifiestos, performances y escritos? Son preguntas que necesitan una respuesta y frente a las cuales el estudio de Pélage apunta en direcciones interesantes. Para terminar, otra línea de análisis que merecería un desarrollo ulterior es la relacionada con la manera en que la literatura caribeña se inserta o distancia de lo que por convención denominamos «literatura latinoamericana». Como prolongación del estudio de Catherine Pélage, sería conveniente detenerse en los hiatos, las tensiones, los conflictos en el interior de la literatura latinoamericana, donde producciones letradas como la caribeña parecen poseer un menor capital, y, por lo tanto, se integran en la cartografía de una manera distinta, menos evidente, más compleja.

Félix Terrones

 

Catherine Pélage, Littératures dominicaines en mouvement. Les performances littéraires de Rita Indiana et Rey Andújar, Rennes, Presses Universitaires de Rennes, 2020, 200 p.             
ISBN: 978-2-7535-7896-8